Míreles el avión
Boeing 787-10 Dreamliner. / RICHARD ELLIS
Un tío que no tiene en la cabeza la referencia de un avión ni es tío ni es nada. ¡Qué risa aquellos españoles pequeñucos que aguantaban pacientemente año y medio para que la Seat les concediera un 600 del color que tocara! Veinte años después un español tan alto como Loquillo nos metió la idea de que para ser feliz quería un camión, uno de verdad, no aquellos de Santi Rico en plástico con los que jugaban los niños del desarrollismo que acabaron siendo los constructores del pelotazo. Ahora los tíos........
© La Opinión de Málaga
