Los Asperones: el cementerio de los vivos
Los Asperones es un gueto que no resuena en los círculos de poder ni despierta inquietudes en los gestores de nuestra ciudad ni en los propios ciudadanos. Es fácil ignorar un rincón de la ciudad que yace en las sombras del olvido, una comunidad marginada, donde la vida se aferra a la esperanza con uñas y dientes mientras el mundo parece darse la vuelta. Una investigación reciente de Fundación FOESSA titulada Mirando juntos para ver más allá: metáforas de resiliencia, empoderamiento e inclusión social, revela verdades incómodas que realmente todos sabemos sobre Los Asperones: un barrio que se autodefine como un «cementerio de vivos». Una expresión que retrata la agonía cotidiana de quienes llaman hogar a aquel vergonzante espacio. Una vida limitada al 50 o 60%, donde la desesperanza y la pobreza extrema se entrelazan para formar la espina dorsal de una existencia inaceptable en cualquier sociedad avanzada que se precie.
Y no se trata solo de un fallo del gobierno o de las instituciones al seguir manteniendo algo que no tiene sentido alguno que siga existiendo en 2023. Somos todos cómplices de esta realidad humillante. Y efectivamente, este asentamiento puede ser una mancha lejana para muchos, un lugar fuera de la vista y, por ende, fuera de la mente. Es incómodo mirar de cerca la miseria cuando se vive cómodamente en la comodidad. Y ahí entramos todos. Yo el primero, aunque lo escriba aquí y alguien lo lea.
Los Asperones claman justicia y luchan por un reconocimiento que se les niega sistemáticamente. Las palabras de los habitantes son un grito desgarrador, un eco que se pierde entre las promesas vacías y las políticas........
© La Opinión de Málaga
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