Ayudar sin macarrones
Cuando llega la festividad del nacimiento de nuestro Señor, en Navidad, es común que todos reflexionemos y pongamos de manifiesto con nuestras acciones las injusticias del mundo. La pena aumenta en estas fechas y la concienciación momentánea florece.
Esta sensibilidad emocional al final del año nos insta moralmente a apoyar a aquellos que más lo necesitan. A veces, esto puede ser para justificar el exceso consumista al que nos enfrentamos o, en otros casos, simplemente para ejercer la bondad y brindar apoyo a quienes más lo requieren en momentos donde la compañía es esencial.
Recuerdo haber escuchado a expertos en asistencia social afirmar, en privado, que en Málaga no hay personas pasando hambre. A primera vista, esta afirmación resulta impactante, provocando incluso una respuesta de incredulidad. ¿Cómo puede ser eso?
Sin embargo, una breve explicación revela la compleja red social existente en Málaga, similar a muchas otras ciudades, para auxiliar a quienes carecen de recursos. Aunque hay muchos pobres, es difícil encontrar personas sufriendo hambre en nuestra ciudad, a menos que lo elijan por sí mismos.
Si recordamos décadas atrás, la cantidad de personas sin hogar y mendigos pedigüeños era considerablemente mayor. Antes era común que pidieran comida, ropa o........
© La Opinión de Málaga
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