De pinos y eucaliptos
Los que fuimos «belenistas» en los años difíciles pasamos por momentos complicados ante la invasión de los partidarios del árbol de Navidad, que normalmente era un pino o un abeto. En aquel tiempo de escasez, la dictadura había mal repoblado (según expertos) los montes gallegos con coníferas y, por tanto, era costumbre en la proximidad de las fiestas navideñas aprovisionarse a las bravas del árbol que se había convertido en ornato casi exclusivo de la Navidad. La operación no era difícil y además tampoco suscitaba protestas de los ecologistas (entre otras cosas porque el país era tan pobre que, por no haber, no había ni ecologistas). Una vez escogido el tamaño se le talaba de forma tan desconsiderada como inmisericorde y se le colocaba en el lugar más visible de la........
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