Obras de misericordia
Si está en esa soledad no deseada de la que se acuerdan cada tanto en el Congreso y quiere ponerle remedio, tome un libro, salga a la calle y póngase a leerlo en la terraza de un bar o en el banco de un parque. Verá cómo le abren conversación totales desconocidos, conocidos remotos o algún pariente en segundo grado que se dará cuenta de que lee porque no tiene nada mejor que hacer con nadie mejor que usted. Alguien que abre un libro al aire libre está tan solo que ni siquiera tiene a nadie al otro lado del móvil mandándole memes, tiktoks o instas.
Ahí entra la nueva........
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