Miguel Ángel Ramírez, a fondo, el Sporting, Mareo, el ascenso del Oviedo y... aquella frase de Simeone: "Lo más importante en los clubes son las relaciones, por encima de la táctica"
Miguel Ángel Ramírez, durante la entrevista con LA NUEVA ESPAÑA. | MARIO CANTELI
Vuelve periódicamente a Asturias, por vínculo, por trabajo y por la sensación de que Gijón ha pasado a formar parte de su vida. Miguel Ángel Ramírez Medina (Las Palmas de Gran Canaria, 1984) es un hombre discreto, más cómodo alejado del foco. El 120º aniversario del Sporting ayuda a que decida romper su silencio en LA NUEVA ESPAÑA tras su salida del club rojiblanco hace un año. El último entrenador en llevar al equipo al play-off de ascenso a Primera tiene claro que ese camino se repetirá siempre que se cuiden, principalmente, dos factores: las relaciones y los jugadores. "Ojalá suceda lo antes posible", asegura.
¿Qué es el Sporting para usted?
Una de las etapas de mayor aprendizaje que he tenido como entrenador. Y creo que también una de las experiencias más emocionantes.
¿Qué aprendizaje le dejó?
A muchos niveles. Hubo un aprendizaje en la gestión, un aprendizaje en el liderazgo, liderazgo de plantilla, liderazgo de esos recursos humanos dentro del club. También venía con la lección aprendida de Charlotte, en cuanto a mi relación con la dirección deportiva, con la dirección del club, con mi relación con la prensa…
Llegó en un momento de apuro.
Fue un aprendizaje a nivel también de darme cuenta de que lo que estaba por encima era ayudar al jugador por encima del modelo, de lo que yo quisiera jugar, digamos. Era una situación urgente, en la que tenía que encontrar los medios para ayudarles a competir, para salvar una situación que estaba siendo muy complicada. Con tiempo pudimos acercarnos a un modelo que era algo más parecido a lo que a mí me gustaba o me gusta jugar.
¿El Sporting al que llegó es el mismo que conoció?
No llegas a ser consciente desde fuera, sin vivirlo, lo que supone el Sporting para el sportinguismo. Es un modo de vida, lo más importante muchas veces en sus vidas. Y hasta que no estás dentro y eres el entrenador del club no eres consciente de eso.
¿Es diferente a otros clubes?
Singular es porque creo que es una forma de vida, es como una religión para muchas personas. Y se vive con mucha intensidad para lo bueno y para lo malo, obviamente. Pero lo que sí sentí que no he vuelto a vivir en ningún otro sitio es que Asturias, Gijón, palpita al ritmo del Sporting, o el Sporting palpita al ritmo de sus aficionados. El Sporting tiene la capacidad de cambiar la emoción de toda una ciudad.
¿Se siente sportinguista?
Sí, porque al final también hay personas que han entrado en mi vida, y no solo el Sporting, al final los clubes lo hacen las personas también. El Sporting lo hacen los empleados, los auxiliares, los jugadores, el aficionado, y dentro de esa amalgama hay muchas personas que han entrado en mi vida, que ahora forman parte de mi vida, y que somos amigos. Ese año y medio a mí me marcó porque me enamoré del club. Tengo cariño a todos los clubes donde he estado, pero lo que siento por el Sporting es distinto. Sigo........
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