Es posible que la campaña de Gustavo Petro haya excedido topes y recibido aportes irregulares. El CNE lo dijo con una firmeza tan repentina que casi parece milagro. De pronto, una entidad que durante años funcionó como museo del silencio decidió ponerse el uniforme de paladín republicano. Algo huele raro cuando los dormidos despiertan gritando.

Las preguntas no se hacen esperar. ¿De qué topes hablan? ¿Los mismos que históricamente se mueven como péndulo y como acordeón según el partido investigado? ¿Los que misteriosamente se borraban, caducaban o se reinterpretan cada vez que se trataba de candidatos presidenciales con mecenas mafiosos e influyentes? ¿Y esas “fuentes prohibidas”?  ¿La confusión de un déjà vu que convenientemente olvidaron en casos anteriores?

Ahí está Odebrecht: la mayor lavandería política del continente. Mientras la Fiscalía describía rutas de dinero, contratos inflados y confesiones explícitas,........

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