La última monserga
Petro ha ido por última vez (si la democracia lo permite) a las Naciones Unidas. Sin público y sin aduladores prepago hizo una intervención tan inapropiada como su facha habitual. Algunos han dicho que su estrafalario atuendo fue para copiar (algo muy propio en él) a García Márquez aun cuando todo el mundo hispanoparlante -que sabe leer y escribir- reconoce sin dificultad alguna, al descertificado o Petro, como un hombre limitadísimo intelectualmente.
Tal vez, lo más relevante de la monserga (no por lo que dijo sino por los efectos que traerá) es que fiel a su estilo roñoso remarcó -sobre los operativos recientes de los EE.UU. en aguas del Caribe- una de sus ´máximas´: “el Tren de Aragua no es un grupo terrorista, solo son delincuentes comunes en forma de banda”.
Y añadió que los jóvenes asesinados con misiles en el Caribe no eran del Tren de Aragua y que, si eran colombianos, se le debía abrir un proceso penal al presidente Trump (y a otros funcionarios por la decisión tomada). Por el bien de la imagen de Colombia, esperamos que la petición no se le revierta a Petro y que de descertificado pase a condenado por cualquier corte federal de los Estados Unidos o ante cualquiera otro tribunal incluyendo la Corte Penal Internacional.
El descertificado (Petro) no ahorró esfuerzo para dejar en claro, ante el mundo entero, su ´filosofía política´ (soy extremadamente generoso al utilizar la palabra filosofía) expresando que los dados de baja eran jóvenes que escapaban de la pobreza y que no tenían otra opción diferente al crimen. Para........
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