La esperanza se construye sin legados coloniales
Soy toda la sobra de lo que se robaron.
Latinoamérica. Calle 13
El sistema económico mundial se aferra a una dinámica depredadora que bloquea cualquier intento serio de construir algo menos injusto, menos suicida. Se ponen trabas a cualquier intento de repartir de manera justa la riqueza frente al lucro obsceno y sin límites de unos pocos. Se bloquea toda propuesta que signifique poner freno a beneficios económicos que se multiplican a costa de derechos, a costa de acabar con bosques y ríos, a costa de la vida.
El PIB no ayuda a ello porque nunca habló de ti ni de mí, de la gente, de sus necesidades, de sus carencias, de sus condiciones de vida. ¿Cómo puede hablar de ello un indicador que crece si aumenta la industria militar, pero no tiene en cuenta el aumento de la contaminación o la desigualdad? Hay otras formas de medir la realidad que son mucho más adecuadas y, sobre todo, urgentes.
Estos días los focos mediáticos apuntan a la OTAN y a Sevilla. El discurso militarista se impone y, con él, las medidas que aumentan de forma preocupante, los gastos militares. La deriva belicista nos lleva a un abismo colectivo aterrador. Mientras tanto, Sevilla acoge estos días la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo. Una cita crucial para decidir si damos un giro urgente al sistema económico o continuamos con las mismas recetas que nos llevaron al atolladero. No olvidemos que el futuro no se hereda, el futuro se construye aprendiendo del........© La Marea
