Feliz solsticio de invierno
No sé en qué momento surgió la enésima polémica en las redes sociales, pero estos días algunos señores de mediana edad han considerado pertinente emprender una campaña para señalar lo anómalo de felicitar el solsticio de invierno. En sus comentarios llegan, incluso, a afear que haya quien felicite “las fiestas”, en lugar de mencionar la palabra “Navidad”, como hizo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su mensaje de Nochebuena en X.
Pareciera que a los adalides de la libertad les molesta la libertad que otros, otras y otres tienen para elegir su propia manera de ver el mundo y relacionarse con la sociedad. De sus palabras se desprende una incomodidad ante la posibilidad de celebrar estos días festivos desde otra perspectiva —sea laica o religiosa— o, incluso, de decidir no celebrarlos. Quienes se escandalizan por el “borrado de la Navidad” no encajan que la sociedad española esté cambiando y ya no sea tan cultural y religiosamente homogénea, como lo fue de manera impuesta durante cuarenta años de dictadura franquista.
Para desgracia de los defensores de la tradición judeocristiana, adalides de la preservación de los valores de Occidente, otras religiones y tradiciones están presentes en el Estado español, gracias al mayor número de inmigrantes respecto a décadas pasadas. Pero, a pesar del alarmismo de una ultraderecha que asegura que el islam va a volver a conquistar España (y Europa), lo cierto es que los practicantes de otras religiones no llegan siquiera al 5% de la población, según las encuestas del CIS.
Sin embargo, lo que se abre paso con fuerza en la sociedad........
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