Por un CCH sin miedo, lleno de vida
Consternado, destino los siguientes párrafos a los integrantes del plantel sur del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH); considero que también son aplicables en las facultades y escuelas (en especial la preparatoria) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), incluidos los posgrados y la escuela de iniciación (secundaria).
En esta ocasión, la muerte se hizo presente en el CCH, ocasionó la tristeza, el dolor, la rabia y el pánico de sus participantes, especialmente de sus jóvenes estudiantes; muchos de ellos han manifestado el miedo que tienen, tan sólo por pensar en volver a su colegio, siendo que ese espacio, así lo dicta el buen sentido, debería ser, además de seguro, el lugar más atractivo para aprender hasta el mínimo detalle, para leer páginas apasionantes, para escribir textos libres que nazcan del alma, para experimentar e investigar con interés, rigor y curiosidad, para discutir y tomar decisiones democráticas en el salón de clase, para cooperar con absoluta responsabilidad y total libertad, para reír, para crecer en todos los sentidos de la palabra y disfrutar de la vida. Qué fuerte suena que a los estudiantes les dé miedo su escuela, prueba fehaciente de que, para ellos, con la vida no se juega. Atender los dictados de la naturaleza humana, y proceder con buen sentido, servirá, sin duda, para restablecer pronto el disfrute de la vida universitaria.
La tragedia del CCH evidencia el grado extremo de descomposición de la docencia en la UNAM, ocasionado por la desatención y abandono en que se encuentra el estudiantado, como manifestación de algo........
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