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Palestina: Resistencia armada frente a resistencia pacífica

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28.06.2024

La palabra Muqawama en el léxico palestino no necesita elaboración más allá del significado inmediato que genera entre los palestinos de a pie. Sólo recientemente, y en concreto tras los acuerdos de paz de Oslo y la repentina llegada de ONG financiadas por Occidente, empezaron a surgir términos como «resistencia pacífica» y «resistencia no violenta» en algunos círculos de intelectuales palestinos. Sin embargo, estas frases nunca llegaron a ocupar un lugar central en el discurso colectivo de los palestinos. Para ellos, la Muqawama seguía siendo resistencia: una, indivisible, integradora.

Esta afirmación no debería sugerir que los palestinos no resistieron, en las diversas etapas de su lucha, utilizando métodos no armados. De hecho, lo han hecho durante generaciones. La huelga general de seis meses de abril de 1936 fue la culminación de tácticas de desobediencia civil que se habían utilizado durante años antes de esa fecha. Se siguió utilizando, desde entonces, en toda Palestina, a lo largo de un siglo.

La diferencia entre la percepción palestina de la resistencia y la noción promovida por Occidente es que los palestinos no ven la Muqawama como una obligación, ni tratan de explicar, contextualizar o justificar las formas de resistencia colectiva que utilizan. Históricamente, sólo las circunstancias determinan el tipo, el momento y el lugar de la resistencia armada o no armada.

Sin embargo, la noción occidental se basa en el concepto de preferencialidad, es decir, que una estrategia es mejor que la otra, y que una es ética, mientras que la otra no lo es. Al hacerlo, esta actitud sentenciosa crea una clara distinción entre los palestinos «pacíficos», denominados moderados, y los violentos, denominados radicales.

Además, las definiciones occidentales de resistencia son selectivas. A los ucranianos, por ejemplo, se les permite usar las armas para repeler al ejército ruso. A los palestinos se les condena por hacerlo cuando Israel invade y lleva a cabo un genocidio sin parangón en Gaza.

Aunque algunos promotores de ciertos tipos de resistencia son, tal vez, bienintencionados, parecen ignorar por completo las raíces históricas de ese lenguaje. Sin embargo, al participar en ese discurso condenatorio, reproducen, a sabiendas o no, viejas percepciones coloniales de los colonizados. Un lenguaje similar definió la relación de la Europa colonial con prácticamente todos los espacios colonizados: a los que se resistían se les percibía como salvajes o terroristas; a los que no, no se les concedían derechos civiles ni políticos, sólo el privilegio ocasional de no ser torturados o asesinados impunemente.

Gaza: corazón de la resistencia

Para comprender plenamente el concepto de Muqawama en su contexto palestino, basta con mirar a Gaza. Aunque la Franja ha servido históricamente como centro de la resistencia palestina tanto en el discurso como en la acción, la Muqawama no es aquí enteramente un resultado de la geografía, sino más bien la experiencia colectiva y la identidad de quienes ocupan este pequeño espacio de 365 kilómetros cuadrados.

El 70% de la población de Gaza son refugiados. Fueron expulsados étnicamente, junto con casi 800.000 palestinos, de la Palestina histórica durante la Nakba, la catastrófica destrucción y limpieza étnica de Palestina y su pueblo en 1948. Son supervivientes de masacres, afectados por una gran campaña militar que supuso la ruina o el vaciado de pueblos, ciudades y comunidades enteras.

Debido al pequeño tamaño de Gaza y a la naturaleza de su topografía -tierra llana con pocos recursos-, el sufrimiento de los refugiados de Gaza fue especialmente extremo. Atrapada entre un pasado persistente de pérdidas, sufrimiento y derechos no restituidos y un presente de asedio y pobreza absoluta, era lógico que Gaza fuera la punta de lanza de la resistencia palestina a lo largo de los años. A menudo, el grado de brutalidad israelí determinaba el grado de respuesta palestina, ya que la violencia engendra violencia y los asedios mortíferos y las guerras genocidas engendran operaciones de resistencia del tipo de la Inundación de Al-Aqsa.

Aunque las huelgas generales y otras formas de desobediencia civil fueron utilizadas........

© La Haine


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