"La única limitación para no bajar un 50% los alquileres es que los gobernantes no quieren hacerlo"
En octubre fue Madrid, luego Sevilla y Málaga, y ahora Barcelona ha cogido el relevo de las protestas para exigir derecho a una vivienda digna y la bajada de los alquileres. Decenas de miles se manifestaron el 23 de noviembre después de que diversas columnas, algunas llegadas del resto de Catalunya, recorrieran la ciudad. Una manifestación bien preparada con más de 50 asambleas previas en barrios y ciudades y con centenares de actos por todo el país. La iniciativa del Sindicat de Llogateres (Sindicatos de Inquilinas) logró el apoyo de unas 4.000 entidades muy diversas como Òmnium Cultural, todo el abanico sindical y asociaciones de vecinos. La juventud formó el grueso de los cortejos, y fue también la fuerza motriz de su preparación, organización y dirección, en lo que todo parece indicar que es el anuncio de una nueva generación que entra en la lucha, por una vivienda digna. Y también para poner en cuestión una legislación que permite el enriquecimiento de unos pocos a costa de especular con el derecho a la existencia de la mayoría, con la connivencia de los gobiernos. Uno de los lemas, en la foto que encabeza este texto, de la gran manifestación era "S'ha acabat. Per un habitatge digne i universal" (Se ha acabado. Por una vivienda diga y universal). Reproducimos una entrevista a Enric Aragonès, portavoz del Sindicat de Llogateres, realizada días antes de la exitosa manifestación.
El encarecimiento constante de los alquileres experimentado los últimos años ha situado el acceso a la vivienda como una de las principales problemáticas de nuestra sociedad, que afecta a cada vez más generaciones. Aunque la cuestión ya es central en la agenda política y social, está muy lejos de resolverse, lo que alimenta un malestar ciudadano que va a más y que explica la creciente movilización a su alrededor.
Con la voluntad de cambiar la tendencia, el movimiento por la vivienda catalán ha convocado una manifestación para este sábado [23 de noviembre] por la tarde en Barcelona, con el explícito lema "Bajemos los alquileres". Hablamos con Enric Aragonès, portavoz del Sindicat de Llogateres, una de las organizaciones que impulsa una protesta que puede ser masiva. Con él abordamos también anuncios como la construcción de 50.000 pisos sociales por parte de la Generalitat o las diferentes medidas inmediatas que plantean para facilitar el acceso a un piso, con el horizonte futuro de desmercantilizar la vivienda.
De entrada, ¿no sé si tienen la percepción que la manifestación de este sábado puede ser masiva?
Creemos que sí, que seguramente será la más masiva que se ha hecho nunca en este país por el derecho a la vivienda. Hay muchos factores que nos lo indican, pero seguramente el más relevante es todo el proceso que se está haciendo antes y ver como en decenas de puntos del país hay miles de personas que están participando en asambleas abiertas, comités, acciones para empapelar o informar la gente...
A la vez, hay otro elemento, que es la transversalidad de las organizaciones que están convocando a la manifestación. Es todo el movimiento por la vivienda con muchísimos colectivos, pero también está convocando todo el espectro del sindicalismo laboral, las dos grandes organizaciones del independentismo, organizaciones feministas, ecologistas... Organizaciones de todas partes, de una transversalidad política notable y también de todas las medidas.
El acceso a la vivienda es un problema cada vez más grave e intergeneracional. Por todo ello, ¿ahora mismo es la cuestión que más puede reactivar la movilización social?
Lo podría ser y lo tendría que ser. De hecho, esta es la hipótesis con la que nace el Sindicat de Llogateres, que la vivienda es un vector de desigualdad y de creciente distancia social que atraviesa a la enorme mayoría de la población, aunque sea con vivencias y consecuencias diferentes. Por lo tanto, puede ser un factor aglutinador de la preocupación y de la movilización, pero también de la organización y la respuesta colectiva a la situación.
Hace unos meses, justo después de la entrada en vigor del índice de control de precios, Carme Arcarazo [coportavoz del Sindicat] afirmó en una entrevista con Público que la regulación "es una herramienta para empezar a bajar los alquileres, pero no nos podemos quedar aquí". Ahora quieren que se bajen un 50%. ¿Más allá de la movilización, cómo se tiene que conseguir? ¿Se tiene que fijar por ley?
Se podría conseguir........
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