Estuve muy enfermo el fin de semana pasado. Para hacer corto el cuento, parecía una llave abierta por encima y por debajo, cosa muy desagradable y difícil de controlar.

Mientras mi médica me ponía el venoclisis me puse a pensar en qué hubiera pasado si esa hospitalización domiciliaria hubiera tenido que darse en un hospital. Yo, que tengo un alto grado de expresividad histriónica no solo en mis textos sino en todo proceso de mi vida —y obviamente también en la sanación—, me preguntaba qué habría ocurrido si hubiese tenido que compartir el baño con otros cuando estaba vomitando en el piso, o si mis gritos de dolor hubieran pasado por un triage que determinara que mi gastritis podía esperar y que yo, con tiempo, milanta y líquidos, me recuperaría de haberme comido una........

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