La película, India, el tigre blanco, cuenta la historia de Balram Halwai. Nos permite observar las profundas desigualdades sociales de la vida rural en India. No dejé de pensar, mientras las escenas se sucedían, que ese sistema pútrido y cruel de castas, era, es, similar a lo que ocurre en Colombia.

Un modelo de sociedad que, con el sofisma de la modernidad (el progreso al infinito) y de la democracia (insuficiente), nos hace pensar, o a algunos obliga a pensar, que todo debe ser así, intocado e invariable.

Nos venden, como a Balram, una condición de paria dentro de la estructura social, solo superable, también cree uno, con la educación, que en nuestro caso cambia según la región donde se viva y los recursos para emprenderla. No tiene las mismas........

© La Crónica del Quindío