Colombia: una democracia defectuosa
El desprecio demostrado por Gustavo Petro a las disposiciones jurídicas y a algunos fallos de las altas cortes; el desdén evidente a las fuerzas armadas, la Policía y otros organismos del Estado es perturbador; los comportamientos abiertamente en contravía de la institucionalidad, que, aunque está amparada por la Constitución Política, le ha ocasionado un daño incalculable a la estructura democrática y social de Colombia.
Esta situación nos invita a pensar que Petro Urrego vive en tres países diferentes, pero en un mismo territorio: uno, el virtual, el de las plataformas digitales, las redes sociales, el de las tecnologías de la información. Allí se siente en su zona de confort; desde ahí, sin importar el día ni la hora, imparte órdenes, confirma nombramientos de ministros, directores de entidades y hasta jefes de cualquier cosa........
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