¿Cuántas veces hemos priorizado o creído en las frases destructivas de personas –que no comprenden o ignoran lo que pasa- que en medio de verborreas lastiman sin comprender el alcance de sus palabras?

Recientemente estaba en una cafetería, pedí un café. Mientras lo bebía noté que las personas –mujeres- que atendían me miraban con curiosidad. Minutos después una de ellas se acercó, mientras recogía pocillos que estaban sobre la mesa preguntó qué hacía allí. Le expliqué. La respuesta le incitó a conversar. Abrió la charla diciendo que le gustaba el tema y cuando era pequeña siempre tuvo problemas en el estudio… cuando escribía cambiaba el orden de las letras, en operaciones matemáticas escribía lo que para otros eran garabatos, sin embargo, –aclaró- cuando le pedían leer sus apuntes leía........

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