Con el dramático regreso a la época de magnicidios que pensamos superada, la nación acude con inmensa tristeza al sepelio del ilustre senador Miguel Uribe Turbay, asesinado vilmente hace dos meses, un acto fúnebre conmovedor que ha sumido de dolor a muchísimos ciudadanos.

Constituye un infame acto de barbarie cometido por criminales, algunos detenidos en una minuciosa investigación y todavía sin identificar el o los autores intelectuales, los móviles profundos al eliminar un joven bueno, inteligente y talentoso que quería brillar en la política colombiana.

Pero no ha sido al único y la historia cuenta varios candidatos y líderes asesinados por balas nefastas, como si no quedara claro que, desde hace rato, la violencia es pan de todos los días y que se habla mucho, pero se hace muy poco por la paz entre los........

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