Argumentando baja autoestima y afectaciones emocionales, vía tutela, un hombre en Bucaramanga logró que la EPS le autorizara el suministro de dos muñecas sexuales inflables.

Qué diligente el juez de la república que atendió el reclamo del ciudadano, seguro ahora duerme un poco mejor porque, gracias a su actuar, así debe estar pensando, contribuyó a desmitificar aquello de que la justicia cojea, pero llega.

Menos mal, el usuario no estaba reclamando insulina para tratar una diabetes ni un quimioterapéutico porque eso si se le hubiera demorado unos meses o tal vez años. Primero las muñecas inflables. Supone uno que el eficiente togado que le ordenó a la EPS comprar los juguetes........

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