Otra sería la cotidianidad familiar, laboral y social, mucho mejor, por supuesto, si incorporáramos al comportamiento individual y grupal algunos de los textos que casi de memoria y con cierta devoción repasamos cada Navidad, entre el 16 y el 24 de diciembre.

Las frases de la novena de aguinaldos son enseñanzas para la vida, resumen los mínimos de un ser humano para convivir, para poder exigir, para sentirse con el derecho de señalar y para que pueda aconsejar. Lástima que sean paisaje, que tan hermosas y necesarias sentencias se diluyan con el último villancico.
“La prudencia que hace verdaderos sabios”; “Sácanos, oh Niño, con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado”; “…da al mísero amparo”; “…del débil........

© La Crónica del Quindío