Un reciente estudio de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), titulado Así ha mutado el crimen en Colombia: de los carteles al modelo en red, advierte sobre la profunda transformación del fenómeno criminal en el país.

Ya no se trata de estructuras verticales y fácilmente identificables, sino de un sistema flexible, adaptable y con gran capacidad de recomposición. Su entramado se extiende más allá del ámbito delincuencial y mantiene vínculos con sectores políticos, económicos e incluso institucionales que, en algunos casos, terminan siendo funcionales a las redes criminales.

Según la FIP, estamos ante la cuarta generación del crimen organizado en Colombia, producto de décadas de mutación. Los grandes carteles del pasado dieron paso a redes más pequeñas y especializadas, que luego evolucionaron hacia organizaciones híbridas de alcance regional o urbano. Hoy, el panorama combina múltiples actores y economías ilícitas —desde el narcotráfico y la extorsión hasta la minería ilegal o el contrabando— articulados........

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