Desde el puerperio
En el puerperio, el tiempo transcurre distinto. La recién nacida está acunada en mi brazo izquierdo.
Duerme después de un largo rato en el que utilicé todas mis herramientas de mamá primeriza, intentando que dejara de llorar. Aprovecho la pausa, enciendo el computador y con la mano derecha, hago maromas para anotar fragmentos de los hechos recientes.
Parí hace 19 días. Mi cuerpo está roto, sangrante: expulsé líquido, me desgarré y tuve una hemorragia. Un hilo atraviesa mi piel desde el ano hasta la parte interna de la vagina. Tengo las tetas inflamadas y pegajosas por la leche, los pezones agrietados, la tripa descolgada —el útero vacío aún no recupera su tamaño normal—, y estrías en la parte baja de la........
© La Crónica del Quindío
