La libertad es uno de los pilares fundamentales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y también está consagrada por la Constitución Política del Estado. Lamentablemente, en nuestro país es uno de los derechos más vulnerados por las acciones de los gobiernos de turno, que transgreden las normas y privan a los ciudadanos del ejercicio pleno de sus libertades. La peor frustración es la privación de la libertad de una persona, utilizando a la justicia como brazo político de represión. Esto somete a los ciudadanos a procesos amañados, alterando el debido proceso e incluso los mandatos constitucionales que determinan que la detención preventiva no puede ser mayor a seis meses. Sin embargo, se dictaron interpretaciones legales dudosas para prolongar las detenciones de manera indefinida. Esto ha estado ocurriendo en Bolivia hasta que un grupo de magistrados ha decidido decir ¡basta! a la injerencia política y buscar la independencia del sistema judicial.

Se han emitido los primeros fallos judiciales en el marco de la nueva realidad política electoral que marginó del poder al oficialismo, con los comicios judiciales parciales y las elecciones generales. Y aunque todavía debe ventilarse la........

© Jornada