Después de casi dos años de esconder información sobre la crisis económica, el gobierno reconoce que no tiene capacidad para seguir adquiriendo combustible, pese a que en varias oportunidades insistió en que estaba garantizado el suministro de carburantes. Varias autoridades reiteraron esa posición, inclusive ratificada durante el informe presidencial de enero. Pero ahora el gobierno admite que no puede abastecer la demanda de diésel y gasolina, y anuncia alternativas que generaron más preocupación que certidumbre, al extremo de ofrecer a los sectores productivos el combustible a más de Bs. 11,00 por litro, es decir, el nuevo precio se basaría en la cotización del dólar en el mercado informal. La posición del gobierno, además, insiste en que la Asamblea Legislativa apruebe nuevos empréstitos internacionales, para pagar la deuda externa y cumplir con la adquisición de combustibles.

En otras palabras, propone que se adquieran nuevos créditos y con ese dinero se paguen los intereses y la amortización de la millonaria deuda externa que, según los informes del gobierno, pasa de los trece mil millones de dólares. Además, esa suma que no incluye la abultada deuda interna que aún es mucho mayor. Solamente por el servicio de la........

© Jornada