Un perro de presa desatado
Israel parece empeñado en demostrar a diario que el horror del que es capaz no conoce límites. El último episodio de esta sangrienta serie es su continuado bloqueo a la ayuda humanitaria de la que depende a existencia de los gazatíes. Los pocos puntos de entrega que quedan se han convertido en un campo de tiro donde las IDF y os mercenarios estadounidenses asesinan diariamente a decenas de palestinos con la connivencia de la “Fundación Humanitaria de Gaza”, una tapadera del genocidio que incluso está estudiando la posibilidad de construir auténticos campos de concentración en los que recluir a los supervivientes palestinos.
El gobierno de Netanyahu atraviesa una crisis política de largo recorrido. A las polémicas reformas judiciales autoritarias le suceden escándalos de corrupción, así como los enfrentamientos contra las corrientes sionistas religiosas acerca del reclutamiento de los judíos ultraortodoxos. La salida de la coalición de gobierno de Judaísmo Unido de la Torah deja al Likud en una situación de peligro.
Estos ingredientes sirven para que Israel recrudezca su ofensiva. El perro de presa del imperialismo occidental está cada vez más desatado. Netanyahu ha encontrado en el belicismo desaforado una vía de escape para eludir un día más su crisis interna. Dos pájaros de un tiro, subvencionados todos ellos por unos EE.UU. sin los cuales Israel no sería militarmente operativo durante más de una semana: exorcizar sus dilemas peculiares distrayendo la........
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