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Los Gaudí, los Goya y la hipocresía del progresismo

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11.02.2025

Los Gaudí, los Goya y la hipocresía del progresismo

En las últimas semanas las galas de cine han tenido todos los focos, también en las redes, llenándolas de vídeos y comentarios: primero los Gaudí, después los Feroz, y este fin de semana, los Goya. En muchos de los discursos de los premiados podríamos decir que existía una pretensión de mostrar un “compromiso” o incluso una “crítica” a la realidad social que vivimos: hemos visto muchas referencias a los precios desorbitados del alquiler, a la necesidad de acoger a las personas migrantes y algún gesto, más discreto, señalando el genocidio palestino.

Sin embargo, lo que también hemos podido ver es cómo los políticos profesionales asistentes a todas las galas, no sólo se han sentido el mar de cómodas, sino que incluso les ha servido para reforzar su imagen progresista sin tener que enfrentar ninguna interpelación real que les mostrara como lo que son: los responsables.

Los responsables de las políticas que asfixian a la clase trabajadora, que nos expulsan de casa, que colaboran y alimentan el clima y las ideas reaccionarias, estaban, sentados y sonrientes, e incluso aplaudiendo mientras en el escenario se hablaba de justicia social en términos tan genéricos que no comprometían a nadie.

La ausencia de crítica real se hace evidente cuando se observa qué temas se esquivaron: ¿cuántas veces se habló de los desahucios ejecutados por los gobiernos progresistas? ¿De la responsabilidad de la administración demócrata de Biden en Palestina? ¿De los fallecidos en accidentes laborales o en las fronteras, de los represaliados como Pablo Hasél, o de la lucha por la autodeterminación? Ninguna. El ambiente era el de una ceremonia de autoconsumo hecha para tranquilizar conciencias, presumir de conciencia social, y no para incomodar ni confrontar el poder.

En definitiva, todo lo dicho es aceptable y reivindicable por el sentido común bienpensante. No se ha pronunciado ni una sola palabra fuera de lugar, en ningún sitio, al final, peligroso por el sistema. Al fin y al cabo, progreso haciendo críticas inocuas por la burguesía y los partidos políticos que la representan.

Tanto es así que la irrupción de uno de los presentadores en los Premios Gaudí con la camiseta del Sindicato de Alquiladoras y ciertas proclamas sociales no era más que una parte más del estricto guión de la Academia, que pretendía contrarrestar un poco la opulencia característica de las galas con algo de crítica.

Quizás, pues, si parte de las críticas están incluso guionizadas, los políticos profesionales aplauden a cada proclama y directores, guionistas y actores no se juegan nada en sus reivindicaciones (más bien al contrario, ganan puntos en la opinión pública y en sus carreras), es un poco más de teatro.........

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