Democracias limitadas: el poder económico frente los Estado-Nación
El concepto de «capitalismo extremo», promovido por sectores radicales del mercado, plantea un modelo donde los territorios desregulados y la reducción del papel del Estado se presentan como panaceas para la innovación y el crecimiento económico. Sin embargo, detrás de estas propuestas se esconden dinámicas que refuerzan la concentración de poder económico y debilitan las bases democráticas.
En Crack-Up Capitalism, el historiador Quinn Slobodian analiza cómo el capitalismo global se entrelaza con ideales antidemocráticos promovidos por las élites del mercado. Estas élites, como las que respaldan al presidente Donald Trump, no buscan la eliminación de la democracia en su totalidad, sino su neutralización en áreas clave donde la voluntad popular podría interferir con los intereses del capital.
Para los liberales extremos, el verdadero problema de la democracia no es su existencia, sino su capacidad para redistribuir recursos e imponer regulaciones que afecten el libre funcionamiento del mercado. Esta visión plantea una separación entre las decisiones económicas y los procesos democráticos, creando un entorno donde las instituciones estatales quedan al servicio del mercado.
Por ejemplo, en lugar de eliminar la democracia, los radicales del mercado prefieren diseñar democracias limitadas, en las que las decisiones clave estén fuera del alcance........
© Insurgente
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