La Navidad, fiesta de alegría
La alegría va en la entraña más profunda del sentido cristiano de la vida. “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. “Os comunico una gran alegría: os ha nacido el Redentor”. Son los primeros saludos de Dios a la humanidad: el primero a la que iba a ser Madre de Dios, en la Encarnación, el segundo a todos los que iban a ser redimidos. Ambos saludos pertenecen a dos pasajes de la Navidad. Y si continuamos leyendo atentamente el Evangelio, vemos como la venida de Jesús fue un estallido de alegría. Todo el mundo se sintió aludido: Isabel, la estéril, da a luz a Juan el Bautista. Zacarías, el incrédulo, se vuelve profeta y creyente. La Virgen es Madre sin dejar de ser Virgen. Los pastores, incultos y analfabetos, hablan con los ángeles. Los magos no temen los peligros y se ponen en camino. El viejo Simeón deja de temer la muerte… Así pues, la Navidad es una conmemoración rebosante de alegría.
Pero la alegría sincera de la Navidad del Señor no nace de los rutilantes reclamos que el........
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