Por la puerta de servicio
En muchos hogares acomodados de la España de los años 60 solía haber dos puertas de acceso: la puerta noble y la puerta de servicio. Por esta última accedía a la casa el personal de servicio, y también se utilizaba para el ingreso de suministros y alimentos.
Si bien es cierto que tal práctica chirriaría con la sensibilidad igualitaria de nuestros días, me atrevo a afirmar que, aunque hoy seamos amantes de las formas igualitarias, lo cierto es que, cualquier parecido con la realidad que padecemos es mera coincidencia; de forma que la crisis que vivimos en España y en buena parte del mundo, es, fundamentalmente, consecuencia de la ambición por el poder. El poder se ha convertido en la droga más codiciada, hasta el punto de que sus adictos están dispuestos a tensar al máximo las relaciones sociales y la misma legalidad, con el único objetivo de poder mantenerse en él. En palabras de Tácito, político e historiador romano de finales del siglo I d.C.: “Para quienes ambicionan el poder, no existe una vía media entre la cumbre y el precipicio”.
Ciertamente, la ambición........
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