menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Pobres gallinas

3 0
16.11.2025

Seminario de Orihuela en una imagen antigua / Colección A.L.Galiano.

Reconozco que no soy ningún negacionista, pues procuro no tener una actitud negativa ante una realidad. Algo que está de moda como un fenómeno social que ha alcanzado cierta importancia debido a las rápidas técnicas de comunicación. Y, procuro mantenerme en esa postura de que más vale prevenir que curar. Por ello, el hecho de una vacunación, siempre o casi siempre, es efectivo para protegernos o minimizar los efectos de algunas enfermedades. Incluso, mantenerse en cuarentena favorece que los contagios no se propaguen. Tenemos un claro ejemplo en aquello que soportamos en nuestras vidas con la dichosa covid, que vino para quedarse y que, de vez en cuando rebrota y se nos vacuna para protegernos.

Tal como viene acaeciendo desde que se detectó a finales del siglo XIX, lo que se dio en llamar como enfermedad de Lombardía y que ha pasado a la historia como la «peste aviar», o «gripe del pollo», o «de los pájaros»; no fue hasta 1955 cuando se detectó que clase de virus la generaba.

Es curioso, hasta qué punto el nombre de esta ave (pollo) se ha llegado a aplicar al ser humano, joven y adolescente. Al cual que si se le etiquetaba como «pera» nos sitúa además en un individuo al que le gustan «niñas bien», apuesto, agraciado e incluso acaudalado. Ahora que está de moda el lenguaje inclusivo, también lo localizamos en femenino diminutivo como «pollita», tal como se hacía referencia hace años a una adolescente casi niña. Llega hasta tal punto aplicar el nombre de «pollo» al hombre que, en nuestras zarzuelas hay personajes en el reparto de actores que así aparece.

Por ejemplo en «Luisa Fernanda» del maestro Federico Moreno Torroba, estrenada en el Teatro Calderón de Madrid, el 26 de marzo de 1932, en la que encontramos al «Pollo 1º y Pollo 2º. Así como, en «La Embajadora» con........

© Información