‘Primera sangre’ y ‘Roto’, el nuevo teatro comprometido que interesa a los jóvenes
Coinciden en la cartelera dos dramaturgos y directores de premio. Una es la siempre polémica María Velasco que acaba de estrenar Primera sangre en la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle Inclán del Dramático. El otro es Paco Gámez que acaba de estrenar Roto en el Teatro del Barrio. ¿Hay más coincidencias?
Sí, ambos han estrenado en el mismo barrio, el multicultural, libertario, turístico y degradado Lavapiés. Hay que pensar que será por eso de que son, o más bien se les considera, jóvenes. Aunque ya lleven en la profesión unos cuantos años.
También coinciden en el tema que tratan. Los abusos infantiles. Aunque lo hacen desde perspectivas distintas. En Primera sangre desde la perspectiva de una niña que encuentra otra niña muerta y que anteriormente había sido secuestrada y dada por desaparecida. En Roto, el punto de vista lo da un hombre adulto que sufrió abusos sexuales por parte de su padre.
En ambas, es importante el uso de la música. Música para bailar. Que en el caso de Primera sangre arrastra tema, en el sentido de que la niña muerta es interpretada por una bailarina. Y en caso de Roto ofrece contexto, el del adulto en el que se convirtió el niño que sufrió abusos y que de mayor encuentra satisfacción sexual en los garitos gays con música electrónica a todo meter donde baila mientras busca con quién encontrarse.
Por si fuera poco, en ambas obras se recurre a los dibujos animados en algún momento de la función, como la forma en la que se educa a los niños. De hecho, María Velasco comienza su obra con Los tres cerditos y Paco Gámez incluye en medio de la función a Speedy Gonzales. Primera gran divergencia: Disney frente Looney Tunes, respectivamente. Una visión más ingenua y dulcificada de la vida frente a una visión más gamberra y más espídica. Quizás........
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