‘Nada’, el acierto de mantener la voz (narrativa)
Después de ver Nada en el Teatro María Guerrero del Centro Dramático Nacional, se confirma que es uno de los estrenos del mes. Ello tiene que ver con el material del que se parte, la celebrada novela de Carmen Laforet del mismo título. Un best seller de su época y un long seller desde entonces pues todavía se sigue leyendo. Y también tiene que ver con el tándem que forman el dramaturgo Joan Yago y la directora Beatriz Jaén que la han puesto en escena. Quienes ya triunfaran con la divertidísima denuncia Breve historia del ferrocarril español.
Nada se sitúa en Barcelona. Ha terminado la Guerra Civil y una de sus huérfanas será acogida por su familia en el piso de la calle Aribau. Donde malviven, en la miseria y con los chinches que les ha traído la guerra, vendiendo los muebles, un pasado del que se tienen que desprender, y de la prostitución a la que se entrega la mujer de unos de los hijos para tener dinero. Una vida miserable a la que Andrea, la protagonista, tendrá que contribuir con parte de su exigua pensión.
Sí. El contexto es triste y poco propenso al humor. Sin embargo, Andrea es joven. Y sus amigos, universitarios o artistas también son jóvenes y pertenecen a las clases pudientes, a la burguesía catalana que posiblemente apoyó a Franco, y por eso pueden contarlo y celebrarlo.
Una juventud que se impone a la tristeza, la fealdad, el integrismo católico y........
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