Demagogia: El juego perverso de ilusionar al pueblo
Las elecciones generales de 2025 en Bolivia trascendieron la mera disputa por el Órgano Ejecutivo para convertirse en un reflejo de la fragilidad democrática del país. En un escenario marcado por el descontento social, el estancamiento económico y el deterioro institucional, las campañas se llenaron de propuestas simbólicas pero INSOSTENIBLES, que priorizaron el impacto político sobre la viabilidad real. Frente a una crisis de legitimidad y un crecimiento económico estancado, el verdadero riesgo no es quién gobierna, sino la normalización de promesas inviables que socavan la responsabilidad fiscal, el orden constitucional y los principios éticos del Estado. Estas promesas, lejos de ser simples errores técnicos, constituyen una deslealtad cívica que atenta contra el espíritu mismo de la Constitución.
Análisis del Proceso Electoral
El proceso electoral del 17 de agosto de 2025 fue técnicamente ordenado y logísticamente eficiente, gracias al trabajo del Órgano Electoral Plurinacional. Sin embargo, más allá de la ausencia de fraude, la verdadera debilidad del proceso fue el pobre nivel del debate político: dominado por propuestas electorales desvinculadas de la realidad fiscal, jurídica y económica del país. En un contexto de déficit estructural, dependencia de los hidrocarburos y mala gestión estatal prolongada, resulta irresponsable promover aumentos de gasto público sin sustento. Las propuestas deben ser más que populares; deben ser viables, sostenibles y ajustadas al marco constitucional.
Análisis de Propuestas Clave de Candidatos: El caso del binomio Paz-Lara
Entre las propuestas más llamativas y cuestionables destacó la del binomio Rodrigo Paz Pereira y Edman Lara, del Partido Demócrata Cristiano. Su plan incluía dos promesas populares, pero que poco tienen que ver con la realidad económica y jurídica del país. Más que........
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