Este mes de julio, que se ha estrenado ventoso y tormentoso, ya se sabe que es tiempo de rebajas. Las tiendas exhiben sus descuentos y la clientela acude rauda en busca de una ganga con la que ahorrarse unos eurillos. Pero al margen del trasiego comercial, las rebajas no son dejan de ser otra cosa que una reducción de las expectativas, un momento en el que el comerciante entiende que para vender más tiene que ganar menos por cada producto.

Esto no solo ocurre en el comercio, sino en muchos otros ámbitos de la vida. Que se lo digan al presidente de EE. UU., Joe Biden, que........

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