Entre títeres y marionetas
Entre las cosas que solemos ver en internet con mi sobrino Daniel, cuando nos juntamos algunas tardes, está el teatro y especialmente el de títeres. Es una de las aficiones que compartimos, y disfrutarla juntos nos hace muy felices, nos inunda de endorfinas. Nos gustaría ir más a los teatros, pero para Daniel es un poco complicado.
En mi caso el apego atañe también a los propios títeres: sus estéticas preciosas, de lo bello a lo grotesco, su variedad de tipos y técnicas de manipulación, la riqueza de personajes: siempre conectados con una tradición cultural, algunos de ellos viajeros por diferentes geografías, casi inmortales depositarios especulares de la naturaleza humana, de nuestra relación mágica con lo inanimado, de la ancestral querencia del conocimiento por el ritual y la ceremonia, del movimiento en........
© Heraldo de Aragón
visit website