Amigos y conocidos de referencia, y también prestigiosos periódicos cierran sus cuentas de X (que fue Twitter). Autores consagrados abandonan sus columnas en prensa o planean estrategias de resistencia en madrigueras entre afectos próximos y sin dobleces.

Este legítimo y comprensible movimiento de repliegue pintaría como definitiva señal de alarma, si no hubiera habido ya tantas, que hemos ignorado o minimizado, o simplemente eludido, porque no sabemos qué hacer para ayudar a enderezar un poco el rumbo de este mundo nuestro de hoy hacia los caminos de la sensatez y el equilibrio mínimos requeridos para la vida. La tolerancia humana al ruido y la confusión tiene límites. Pero nos empeñamos en ignorarlo, y la maldición de Babel parece perseguirnos inevitablemente a través de la historia. Así, algunos optan por la vida........

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