La España alborotada
De un tiempo a esta parte, España, cuya gente es de natural pacífico aunque tenga la sangre caliente, se ha vuelto un país levantisco, alborotado y alborotador; no sólo se advierte en una sociedad crispada (polarizada, se dice ahora en este lenguaje neopolítico que se nos va imponiendo lleno de nuevas palabras de perversos significados) que protagonizan sobre todo unas docenas de autoproclamados líderes políticos, incapaces de embridar sus personales odios y rencillas, mientras el público en general, o esa es mi impresión personal, tira más a la convivencia pacífica que unos pregonan pero no practican, aunque esa misma población, pacífica y resignada, esté hasta los mismísimos de contemplar el tristísimo y esperpéntico espectáculo que se le ofrece desde las esferas........
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