El otoño inevitable
Sigilosamente, ha entrado el otoño. Vinieron días con flecos sueltos del verano como pidiendo entrelazarse con hilos de otro tiempo venidero, aún irreconocible, pero implacable.
Nos avisaban algunas hojas doradas que se mecían suavemente en su caída, balanceo en el aire, crujientes aún al posarse en el suelo, de que en el cielo cambiaba el color de las horas y las nubes y la luz se hacían más tenues en los atardeceres precoces. Con sigilo entró el otoño, como siempre, con absoluta puntualidad astronómica.
Silenciosamente ha venido el otoño, esa secuela del verano, prólogo del temido invierno de oscuridades y fríos, para agitar las cuerdas sensibles de todos los poetas anónimos que en estos días siempre dedican sus mejores versos a la nueva........
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