La trampa populista de doña Claudia
Claudia Sheinbaum, la nueva presidenta de México, anunció orgullosamente que no había invitado a nuestro rey Felipe a su toma de posesión, pero que sí había convocado a Putin, Maduro y Díaz-Canel.
¿Qué ha podido llevar a doña Claudia a desairar públicamente a un rey democrático y respetado mientras cursa invitaciones a los sospechosos habituales –casi delincuentes según el derecho internacional humanitario– ruso, venezolano y cubano?
La razón, dijo, es que está herida porque el Rey no ha contestado a una carta que le dirigió López Obrador pidiéndole que España se disculpara por las tropelías que hicimos en la conquista de América. Con semejante explicación, doña Claudia puede parecer tan ignorante de la historia como su predecesor, pero no lo es. Juega al populismo barato y a la demagogia para consumo interno, dado que atacar a Estados Unidos y a España es en México rentable y una excelente cortina de humo. Para tapar, por ejemplo, que la droga controla allí amplios sectores de la sociedad, que hay 80 homicidios cada día y que México está entre los treinta países más corruptos del mundo.
Con este gastado truco, la nueva presidenta echa leña al fuego de la intermitente tensión hispano-mexicana, asegurando que........
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