Proporción, simetría y distancia
Nadie en su sano juicio puede defender la muerte violenta e indiscriminada de otros seres humanos, mucho menos si son ancianos, mujeres (aunque sea feministamente incorrecto) y niños.
Nadie, con un mínimo de empatía y humanidad puede aceptar que se usen el terror, las bombas y la violencia para conseguir lo que se quiere. Nadie, en teoría. Aunque después de Robespierre, Lenin, Osama bin Laden, Otegi, Putin… siempre se encuentran excusas y excepciones. Aquí lo hemos vivido de primera mano. En nuestro país, Aragón, y en esta España nuestra, no hemos de olvidar nunca los atentados de ETA o las masacres de uno y otro bando en la guerra (in)civil. No hace falta irse más lejos para identificar ese principio general que, en el fondo, equivale a decir ‘no hagas a los demás lo que no quieres para ti’. Y esto es lo fácil.
Cualquiera acepta que el principio de proporcionalidad es fundamental en la regulación de la violencia, tanto en contextos........
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