Paraíso artificial
Si hacemos caso a nuestra tradición, desde que Dios echó fuera del Paraíso a Adán y Eva nos toca ganar el pan con el sudor de la frente. Sea o no cierto el relato bíblico, vivir tiene una buena dosis de esfuerzo. Mal repartido, por otra parte.
Pues siempre hay algunos que viven sin dar un palo al agua, mientras otros apenas sobreviven malviviendo, pese a sudar de sol a sol. Sin entrar en los detalles de ese desigual reparto, quien más quien menos tiene una cierta querencia por habitar en el Edén perdido. ¿Y para qué? Hágase la pregunta usted que está leyendo estas líneas. Si se lo ofreciesen, ¿se iría a vivir al Paraíso?
Imagino que antes de responder devolvería al menos un par preguntas: ¿cómo se vive ahí?, ¿y con quiénes se comparten los días? Aclaradas esas dudas, suponiendo que encajen en su escala de valores, es posible que le atraiga la idea de dejar de trabajar. Algo probable, en nuestra cultura del sur de........
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