Aunque sea con retraso, ahora que ya no es noticia, me sumo a quienes han elogiado a Javier Lambán por no votar en el Senado la ley de amnistía. Es algo más que un gesto. En medio de tantas trolas y triles, en medio del fango y cenagal moral, aporta una brizna de esperanza. Abre una ventana. Confirma que existe al menos un político profesional capaz de salirse del rebaño y, en su caso, de la tiranía de su jefe de filas.

No es el único a la hora de cuestionar la dinámica interna del PSOE y las críticas a la gestión del ‘politburó’. Pero sí el primero que se sale elegantemente de la apisonadora. Este acto de Lambán no sólo refleja una postura individual, pone de relieve tensiones subyacentes dentro de su partido y cuestiona la naturaleza del liderazgo de Sánchez, tan trapacero como autoritario.

Éste ha polarizado como nadie antes la política española. Su ‘muro’, su ‘no’ y su estilo de........

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