Hoy me he acordado de algo que decía la superadmirada por todos Irene Vallejo a propósito del valor de las bibliotecas públicas. He ido a la Biblioteca de Aragón para pedir el préstamo interbibliotecario de dos libros de la Red de Bibliotecas de Aragón.

Me han dicho que ese servicio ya no se ofrece por falta de personal. Me extraña mucho que sea la falta de personal la que impide que me manden dos libros de la Biblioteca de Alcañiz a la Biblioteca del Estado en Zaragoza. Me suena más a que ese minoritario servicio tiene un mínimo coste (envío y devolución) que las altas instancias (Consejería de Cultura y todo lo que le añadan: deporte, juventud, universidad, educación…) no están dispuestas a asumir. El caso es que hay cuatro ejemplares (en cuatro bibliotecas de la red) de los dos libros que quería solicitar para preparar un ejercicio de oposiciones y dos de ellos están en la misma biblioteca: Alcañiz. Me temo que tendré que hacer una excursión hasta esa ciudad para sacarlos, porque ambos han sido muy poco prestados y están disponibles. La Biblioteca de Aragón de la calle Doctor Cerrada, en Zaragoza, ofrecía ese día por la mañana una aspecto mortecino. Al contrario que muchas bibliotecas municipales y de pueblo que se esfuerzan por dinamizar la lectura y la actividad cultural. Recortar servicios que son inherentes a una red de bibliotecas excusándose en la falta de personal, antes que en la escasez de presupuesto, no es más que otra de las consecuencias invisibles del desinterés del Gobierno autonómico por la cultura.

Javier Gascón. ZARAGOZA

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