Diario de verano (I)
Aunque no coincidiera exactamente desde el punto de vista astronómico, mi verano comenzó este año el sábado pasado, por la tarde, en un breve trayecto en coche por una carretera secundaria, entre pinares y viñedos, con las ventanillas bajadas para que entrara la brisa del mar, que se intuía cercano.
No me malinterpreten, o no se hagan ilusiones: la ‘road movie’ duró tan solo unos minutos, los que cuesta ir desde la estación de tren a la autopista, mientras cantábamos a todo volumen ‘Renacimiento’, de Kase.O. Como si fuera un anuncio; o como el anuncio que realmente era: el del verano, que alguien dijo que es la promesa incumplida de la primavera. Porque el verdadero anuncio no es el que dice que algo va a ocurrir, sino el que muestra lo........© Heraldo de Aragón
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