La excepcionalidad inherente a la pandemia provocó la generalización de dos medidas en las Administraciones públicas: el teletrabajo y la cita previa obligatoria. En principio, nada cabe objetar a las mismas. Sin embargo, su aplicación en el país del ‘vuelva usted mañana’ está planteando problemas.

La exigencia de la cita previa se ha puesto en tela de juicio por diferentes juristas e incluso por el ministro José Luis Escrivá.

Para muchos ciudadanos, la Administración se refugia detrás de un muro con la imposición de la cita previa obligatoria. Sería un ejemplo más de lo que se ha dado en llamar ‘burocracia defensiva’, aunque muchos temen más a la ‘burocracia ofensiva’, aquella que se pone de manifiesto, con especial eficacia, en el ámbito sancionador o en el de la recaudación de tributos.

En cualquier caso, y como ya he........

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