La trinchera
Los milagros ocurren. Y, a veces, los sueños se cumplen. Aquello que resultaba imposible de creer, en ocasiones, sucede. Algo maravilloso e inesperado se abre paso a través de la jungla de lo inevitable y previsible, algo inaprensible cobra cuerpo y se instala en la realidad, contra todo pronóstico. En este mes de agosto, que ya casi se despide, he vuelto a comprobarlo. El más insólito de los hechos acontecidos es seguramente que, contra todo pronóstico, he reordenado mi biblioteca. Si a principios de este verano olímpico alguien me lo hubiese vaticinado, yo habría sonreído complaciente, pero incrédula, y habría negado con la cabeza. Porque había perdido ya toda esperanza de repasar y regalar su ubicación definitiva a cada uno de esos miles de volúmenes. Pero ahí están. En la pared norte, todo lo que tiene que ver con el periodismo, el arte de juntar letras, los idiomas y los viajes, disciplinas que en mi trayectoria han incurrido impunemente en el mestizaje.........
© Gaceta de Salamanca
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