Épica
Escribo este artículo antes del partido con toda la intención, para lograr sustraerme a todas esas emociones que, ganemos o perdamos, se apoderarán de mi argumentación sin poder evitarlo. Eso es al menos lo que nos enseña el catecismo de Pixar, que las emociones reinan sobre la razón, la voluntad o la espiritualidad, rebajadas las tres a la categoría de súbditos postmodernos. Ahora que todo es esperanza, emoción beatífica y por lo visto verde, podré observar con más claridad este fenómeno social jubiloso por el que hoy todos estamos de acuerdo en algo. Y lo haré con el objetivo de poder aislarlo, reproducirlo en laboratorioo y, ¡ojalá!, suministrarlo vía intravenosa y dando prioridad a los grupos de alto riesgo de polarización, como las vacunas en pandemia.
Con este afán científico, me pregunto qué es lo que mueve a los no se cuántos mil españoles que han llegado a Berlín, que han renunciado a la comodidad y las vacaciones, que han puesto dinero de su bolsillo para........
© Gaceta de Salamanca
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