Un efímero Lord Byron
Miro hacia al cielo de este incipiente mes de mayo. Granan grises entre nubes como símbolo exacto de tormenta, inestabilidad e interrogaciones donde las respuestas se entremezclan con esas dudas que sólo el paso del tiempo despeja. Hemos tenido una semana extraña, teñida con todos los tonos de grises posibles, como este cielo de primeros de mayo. Y digo bien cuando uso un único color con sus diferentes gamas. Hay una parte de tristeza que zigzaguea entre los días, como ese serpentín que nos lleva a desear no pensar y no reflexionar. ¿Por qué? seguramente porque no deseo que nadie me obligue a reflexionar aquello que no admite una reflexión dirigida. La reflexión es un acto íntimo, casi intimista diría yo, cuando de lo que se trata es de........
© Gaceta de Salamanca
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