Siete días justos le ha durado a Castilla y León el paripé de la mascarilla obligatoria. Ha despachado el asunto con la misma falta de lógica con la que se le impuso la norma. Es un 'hecha la ley, hecha la trampa' de manual. El Ministerio se sacó de la manga un artículo que , desconozco si se había llegado a utilizar alguna vez en las últimas décadas, pero pilló a todo el mundo a contrapié porque no se recordaba un antecedente en el que el Gobierno pudiera invadir las competencias autonómicas sin estar en una situación de estado de alarma.

Una especie de golpe en la mesa de la ministra para demostrar quién manda y quién marca los tiempos. De la falta de médicos se hablará cuando yo diga. Ahora lo que toca es taparse la boca. Y punto.

Habrá que utilizar mascarilla hasta que la situación mejore, dijo. ¿Cuánto tiene que mejorar? Que haya un descenso durante dos semanas. ¿Pero cuánto? Eso........

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