Millones al horno
Toda vida es un proceso lento de demolición. Mi padre, que era franquista hasta la médula, me advirtió que para prosperar en el mundo había que estudiar para rojo. No le hice caso y aquí me tienen, en un rincón de la galaxia, sin ningún futuro en la cosa del periodismo, la literatura y el medio ambiente. Si en vez de leer a Byron hubiera seguido su consejo, ahora sería director de la Agencia EFE, ministro de Cultura o, como mínimo, asesor de la Asociación de Putañeros Socialistas, presidida al alimón por el Tito Berni y don Koldo García, sociólogo titulado en materia de selección genética de clientes salidos. Tampoco hubiera descartado la asesoría moral de esa matronaza, bombona, como diría Valle, que regenta con mano de hierro el «Club de Pederastes Reunits», uno de los pilares del turismo español.
Claro que tampoco me hubiera importado ofrecer mi experiencia empresarial para aconsejar a don Pedro Sánchez en materia de inversiones.........
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